comentario El solipsismo de las atmósferas -interiores-, el carácter escultórico de los paisajes exteriores, el juego de la luz, los grises y las sombras, la soledad de las figuras -fundamentalmente femeninas-, la exaltación de la sencillez de la belleza y el gusto por los retratos, permiten trazar múltiples puentes entre dos creadores de diferentes generaciones y prácticas artísticas que demostraron una mirada increíblemente cercana en sus producciones. Así, haciendo uso de las potencialidades sensoriales que exploran Hammershøi y Dreyer, la exposición ha sido concebida como un recorrido que, indagando en los aspectos formales y temáticos de ambos, da a conocer el trabajo de cada uno en su relación con el otro. Además, la exposición desea mostrar la influencia de Hammershøi en Dreyer, y en virtud de no haber sido anteriormente expuesta la obra de éste, se han producido un conjunto de montajes audiovisuales que invitan al público a adentrarse en las películas del cineasta danés.