La novela, primera obra literaria del autor Alejandro Manrique, repasa, desde la ficción, la desaparición y muerte de un diplomático peruano ocurrida en Moscú en el año 2011. La historia es una metáfora sobre la fragilidad y condición humanas, las dificultades de sobrellevar la existencia y de sobreponerse al peso de la vida. Escrita en su mayoría en “segunda persona del singular” para provocar un clima de empatía lírica, pero también en primera y tercera persona, la historia busca ahondar en la amistad y el amor más allá de la vida y la muerte.

Con capítulos construidos a partir de la interacción del personaje principal (Arturo Cáceres) con cada uno de sus interlocutores (un policía ruso, la jefa, la novia, el diplomático desaparecido, un amigo peruano, Arturo mismo e incluso la ciudad de Moscú), se busca abarcar las diferentes psicologías y comportamientos humanos que nos llevan a la construcción de un escenario que va desde el destrozo emocional hasta el deseo de trascender, pero siempre acompañado del propósito de crear un clima de tensión, especulación y simbolismo.