Presentación: Recuperar un texto inédito, y en particular de un escritor "desaparecido" en el contexto de la represión militar que siguió en mi país al golpe de Estado de 1976, fue para mí motivo de emoción y de no pocas sorpresas. Ese manuscrito, que Marcelo Conti, hijo del escritor, suponía un borrador de su novela Sudeste, resultó en realidad un verdadero programa narrativo inicial, del cual Conti extrajo pasajes para aquella novela, premio de la editorial Fabril en 1962, y dos cuentos: Marcado y Todos los veranos.        A  la emoción y la sorpresa se sumaron luego otras vicisitudes. Las derivadas de trabajar más de dos años sobre la abigarrada escritura de ese manuscrito, al cual en buena parte supongo escrito sobre las precarias mesas de los bares cercanos al embarcadero del Tigre, que Haroldo frecuentaba en los años 50.        A esa altura de su vida, sólo había compuesto unos poemas, que conservaba en un modesto cuarderno escolar y de los cuales también doy muestras en mi edición. Acababa de abandonar el seminario -es decir, una posible carrera religiosa- y descubría en Magdalena la mujer que luego sería su esposa y madre de sus hijos, casi simultáneamente con otro enigma, el de los riachos, arroyos y laberintos acuáticos del Delta.        Aquellas páginas dan cuenta de una angustia que Harold Bloom llamó de las influencias y que acechan al escritor en ciernes que debe decidir qué escribir y cómo hacerlo, de acuerdo con cuáles pautas, modelos y géneros. Si recordamos aquellos poemas iniciales y algunas experiencias de las que el propio autor habló en diversos reportajes sobre su iniciación teatral en el seminario, más las inquietudes que lo llevaron a ganar una beca del club "Gente de cine" para aprender dirección, tenemos un amplio espectro de incertidumbre.        El manuscrito fue una opción distinta, frente a las anteriores: la de narrar, pero desde sus hoy amarillentas y bastante deterioradas hojas nos asaltan de tanto en tanto unos carteles de advertencia, sobre "¡Menos Hemingway!" o "¡Basta de Laxness!". Gritos de espanto del que descubre, sobre el cuerpo de su escritura, las cicatrices de los otros, de las lecturas predilectas y de las palabras prestadas. Escena primaria de un drama del que saldrá indemme, como buen piloto -Conti fue aviador civil y navegante vocacional-, no sin eludir antes el escollo de las similitudes con El astillero de Juan Carlos Onetti, para lo cual trasladó el escenario, en Sudeste hacia el corazón de las islas. I. INTRODUCCIÓN Liminar: Con Haroldo Conti para que como Haydee nunca se muera. Roberto Fernández Retamar Introducción del coordinador. Eduardo Romano Estudio filológico preliminar. Eduardo Romano II. EL TEXTO Sudeste. Haroldo Conti. (Establecimiento del texto y notas, Eduardo Romano) Ligados. Haroldo Conti. (Establecimiento del texto, Miriam Goldstein y Eduardo Romano) Notas explicativas. Eduardo Romano III. CRONOLOGÍAS Cronología del autor. Eduardo Romano Contexto cronológico de Sudeste: el año 1962. Jorge B. Rivera La producción cultural argentina en el contexto de escritura y aparición de Sudeste. Jorge B. Rivera IV. HISTORIA DEL TEXTO Sudeste de Conti en sus contextos y linajes. Jorge B. Rivera Las víctimas de la espera. El existencialismo en la Argentina de los años 50: el fin de la novela tradicional. Marta Speroni y Abel Posadas Los enigmas de Sudeste: ópticas diversas, filtros diferentes. Miriam Goldstein V. LECTURAS DEL TEXTO Homo viator. En el territorio de Sudeste. Aníbal Ford La ficción de Haroldo Conti: cartografía y utopía. Marta Morello-Frosch Sudeste de Haroldo Conti. La búsqueda de una utopía perdida. Roberto Ferro Un mundo de ilusiones. Cine y realidad en Sudeste. Julio Premat Concentración y expansion de núcleos poéticos en Sudeste. Mario Goloboff VI. DOSSIER. RECEPCIÓN CRÍTICA INICIAL VII. BIBLIOGRAFÍA Y FILMOGRAFÍA Bibliografia y filmografia establecidas por Mónica Ferraro