Ocho años después de la aparición de las Lecciones solemnes (1630), Pellicer comenzó a redactar unas Segundas lecciones, que dejó manuscritas (1638) y muy incompletas, puesto que solo se comentaban los doce primeros versos de la Soledad primera. Acaso la razón de ser de este nuevo proyecto, nunca editado ni estudiado, estribara en el menor espacio dedicado al comentario de las Soledades, respecto a la mayor prolijidad para el Polifemo.
Asimis...
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