Finley está en la cima. Un hombre blanco súper rico en su mundo de supremacía blanca masculina. El constructor del Hotel del Espacio. El emprendedor exitoso que está diariamente en las noticias.
Se fija en Ana María, una cantante con un cuerpazo soberbio. Ella es morena. Por lo tanto, le pide a su ayudante que la lleve a su suite.
Sus problemas comienzan ahí. Miró al cuerpazo, a la morena, al ser inferior que debe cumplir con sus deseos. Tal es la rutina en el lugar y el país donde vive. Un lugar donde o tu DNA es blanco, o no eres nada.
Él es de un país donde sólo los hombres blancos son ciudadanos. Un país que pertenece a Finley y sus amigos. Es estadounidense.
Sin embargo, Ana María es mucho más que una cantante morena. Mucho más que su supremo cuerpazo. Ella es una belleza peligrosa. Es una trampa mortal.

Pronto Finley comprende que está atrapado en las maquinaciones de Ana María, donde ser moreno es un activo y ser mujer es celestial.