Amanecer con hormigas en la boca
constituye una derivación auténticamente hispana de una tradición de
cuño norteamericano, pero ya convertida en universal. Combina género,
lenguaje, escenarios y trama con un solo golpe maestro, vinculando
indisolublemente cada uno de estos factores al único ambiente posible:
la Cuba decadente de los últimos momentos de Batista. Una Cuba en manos
de la mafia repleta de casinos y juego ilegal, de chicas-del-gángster y
de Chevrolets del año, de gobiernos corruptos y trapicheos de baja
estofa, de estraperlo y de daiquiris en bares de hampa y humo, pero
también una Cuba que muy pronto se convertirá en el país de Fidel
Castro y sus guerrilleros. Éste es el escenario de una novela negra con
todos los ingredientes del género, más un toque latino, en la que se ha
basado la película Hormigas en la boca.