Excerpt from Bolivia y la Triple Política Internacional (Anexión, Conquista, Hegemonía)De como las derrotas pueden afianzar el espíritu de hegemonía: pruebas abundantes ofrece la Historia. No es pués anómalo que a raíz de los desastres de los ejércitos aliados, en la guerra del Pacífico, des pertárase en los vencidos un mayor apego á la tie rra grande, á la nación desmedrada que por medio siglo fuera la preda del cacicazgo. Esas multitudes acostumbradas á sºportar el fuego en las barricadas, insolentes en la gesta fratricida, aptas para el saqueº y la matanza, forajidamente soberbias en la coutu melia, habían sufrido el más durº de los castigos. En vano, volviendo á sus naturales hábitos, quisieron imponer el terror de las viejas revueltas: no era la hºra de la concupiscencia. Y cuando agotados los elementos, todos lºs autodidactas de la vieja política disertaban pºr la paz 6 la guerra, apesar de todo el oropel de los charlatanes que querían medicar á la nación unos con sangrías y con horchatas otros, el pueblo, la multitud, estaba indiferente mientras que el joven elemento pensante veía con asco y disgustº esa cáñla de proto-estadistas que sin haber sabido impedir la guerra no supieron hacerla ni pudieron cºn cluirla. La Historia reco ge y juzga hoy el si gniñcadº de esas famosas convenciones del 80 y 81 entretenidas en la discordia perenne, en la acusación recíproca, en los gestos lastimosos de una oratoria altisonante y vacua, sin homogeneidad de aspiraciones, sin serenidad de_7.About the PublisherForgotten Books publishes hundreds of thousands of rare and classic books. Find more at www.forgottenbooks.comThis book is a reproduction of an important historical work. Forgotten Books uses state-of-the-art technology to digitally reconstruct the work, preserving the original format whilst repairing imperfections present in the aged copy. In rare cases, an imperfection in the original, such as a blemish or missing page, may be replicated in our edition. We do, however, repair the vast majority of imperfections successfully, any imperfections that remain are intentionally left to preserve the state of such historical works.