Esta obra pone en evidencia la desigualdad de fuerzas que prevalece entre los Estados Miembros de la ONU, toda vez que la guerra preventiva desatada por la Federación de Rusia sobre Ucrania, no solo reafirma una vez más el diseño fallido que en materia de seguridad internacional contempla la Carta de las Naciones Unidas, sino que pone en jaque a Europa y altera el tablero mundial dentro del cual prevalece la voluntad soberana de los Estados por encima de la voluntad común colectiva cuyo propósito principal por garantizar la paz se torna abstracto y lejos de la realidad. Los escritos develan un escenario de guerra dentro del cual Rusia cuestiona la capacidad de la ONU a los efectos de generar pautas de orden global, y al mismo tiempo advierte que la seguridad colectiva de ningún modo puede ser presidida por la OTAN. Su intervención bélica a través de una operación militar especial sobre Ucrania, puso a prueba la eficacia militar de esa organización transatlántica y despertó en ella una crisis de identidad entre sus miembros europeos la que está condicionada a las decisiones que adopte Estados Unidos de America.