Observar es absorber y experimentar la vida de una manera plena y profunda, en la que el presente (vivencia del momento) es un presente (regalo) si y solo si esta uno presente (observante, consciente).
Los seres humanos contamos para ello con el recurso de la atención, que si fuese canalizado adecuada y constantemente en la observación de nosotros mismos, del aquí y ahora, nos permitiría obtener una percepción más plena, completa, nítida y profunda de nuestro ser y de toda la vida que fluye a su alrededor. Con ello podríamos llegar a contactar con nuestra consciencia o alma, y vivir de esa manera más en la esencia que en la apariencia. Así como la respiración fluye constante y naturalmente a través de nuestro cuerpo durante toda nuestra vida, así la atención fluye en igual forma desde nuestra consciencia.
¿Por qué si la tenemos, no la utilizamos adecuadamente? ...