Teresa Renda Carlson fue diagnosticada con cáncer de mama a los 29 años, una madre joven con una hija de 17 meses de edad, en 1972-cuando los tratamientos eran devastadores, las posibilidades de supervivencia pocas y el tema, tabú.
A los 35 años Carlson había sobrevivido a dos ataques del cáncer y a una mastectomía radical doble, escribió estas memorias inspirada en un acto de catarsis y como una invitación a romper el silencio destructivo que rodea al cáncer de mama.
Como Teresa observa, sólo cuando reconocemos y compartimos el sufrimiento, es cuando podemos comenzar a sanar y seguir adelante. Tres décadas más tarde, con su historia y sus sabias estrategias, ha conseguido hacer frente a la pérdida y a la mortalidad, a través de juicios eternos como la literatura clásica que se ve reflejada a lo largo de estas convincentes páginas. Que su viaje sea tu guía.