La emancipación laica libera a la Tierra del Cielo y al Cielo de la Tierra. La política y la religión quedan saludablemente separadas en lo sucesivo.
El que cree en el Cielo y el que no cree en él gozan de libertad de conciencia y de plena igualdad. Todos los seres humanos, arropados con los mismos derechos, descubren así lo que verdaderamente puede unirlos y la fraternidad deja de ser una ilusión.
El ideal laico así entendido se basa en una idea muy elevada del ser humano. Confía en la soberanía del pensamiento, facultad que nos hermana, que transciende las "diferencias" y hace posible un mundo en común para todos.
En un mundo desgarrado por las intolerancias religiosas y crispado por las identidades exclusivas, el ideal laico abre el camino hacia una auténtica concordia de alcance universal.
Tal es la filosofía de la laicidad que se propone en este libro. Se exponen en él, sin entrar en polémica, los enfoques de la historia, la teología y el derecho.
Y se arroja luz sobre la actualidad mediante una reflexión sobre los principios con el propósito de difundir un mensaje de esperanza basado en la razón del que nuestro mundo a la deriva tanta necesidad tiene.