Quim es un niño muy travieso. Un día, por la noche, va hasta la Sagrada Familia y se cuela dentro. Allí, conoce a una chica que dice ser un hada. Su nombre es Tecla y le convierte en un niño bueno. Pero Quim no quiere ser bueno. A él le va muy bien siendo malo. Al día siguiente, vuelve con su amiga Montse a buscar a Tecla, para que le convierta de nuevo en un niño malo. Tecla así lo hace, pero los niños se tienen que enfrentar a un árbol mágico que come niños. Con la ayuda de otros seres mágicos, consiguen vencerlo. Al final, los dos niños vuelven alegres a casa, pensando en la alegría que supone tenerse el uno al otro.