En nuestro maravilloso mundo, vivimos rodeados de seres,
cosas y fenómenos portentosos. El suelo que pisamos contiene miles de distintos minerales que se usan vírgenes o
transformados para una infinidad de propósitos.
Lo más beneficioso de nuestro planeta es que tres cuartas
partes de su superficie están cubiertas de agua líquida,
además de la sólida, como hielo, que cubre inmensas
regiones. Cuando el sol calienta el agua de los océanos, ésta asciende a la atmósfera como gas y forma nubes que el
viento transporta a grandes distancias.
De las nubes, el agua se precipita sobre la tierra en forma de lluvia. Una parte se infiltra para almacenarse en napas
subterráneas y otra se desliza para formar cañadas, arroyos y ríos que la purifican al trasladarla de un lugar a otro. Así también transporta minerales y modifica climas, refrescando el ambiente cuando se evapora o calentándolo al
condensarse.