En todo programa de mejoramiento de plantas autógamas deben transcurrir no menos de cinco generaciones de autofecundación antes de alcanzar la homocigosis práctica (línea pura). Las técnicas de duplicación de haploides nos brindan la posibilidad de incrementar la eficiencia de los programas de mejoramiento, debido a que permiten obtener la homocigosis completa en forma inmediata, acortando considerablemente los tiempos para la obtención de nuevos cultivares. En cereales, la producción de haploides duplicados se logra principalmente a través de dos métodos: cultivo in vitro de anteras e hibridación interespecífica. Ambas técnicas permiten obtener plántulas haploides a las que posteriormente se les duplica el complemento cromosómico mediante la aplicación de una solución de colchicina, sustancia que interfiere con la formación del huso acromático. En el cultivo de anteras las plántulas haploides regeneran a partir de las microsporas contenidas en ellas, mientras que el método de hibridación interespecífica se basa en el desarrollo de embriones haploides a partir de la fertilización con polen de otra especie (partenogénesis inducida).