Algunos viejos hablan de que nuestra vida anda con nosotros marcada desde que nacemos. Otros, menos profundos, que, cuando algo sucede inesperadamente, aluden a que era su destino.
Lo cierto es que existe un camino trazado en cada uno de nosotros y que deja su huella confirmando su existencia a medida que vamos viviendo.
Quizás por ello, el personaje de nuestra novela nunca se esforzó por cambiar su vida. Se dejó llevar por ella y aceptó lo que creía que era, para él, lo mejor.