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Aquí hay siete palabras, 70 veces 7 versos elevados a la heptasilábica forma de las estrellas y universos de siete puntas.

El siete es un número sacro que invita a la kábalah, a la meditación, al misticismo y al compromiso interno por la develación hernenéutica del ser contemplativo.

Con figuras como Poetoptosis, Poetofagia, Poetocalcosis y Poetosclerosis, el libro comienza su viaje en el viento.

La tercera palabra de estos siete iconos poéticos, posee un lirismo erótico fino, un tributo al considerado por los historiadores, como primer texto idílico en el devenir de la literatura universal. Allí, se homenajea al héroe Gilgamesh. Con profundo amor por la investigación literaria, el autor recrea el árbol genealógico de Inana, la madre de todos los amores, princesa del erotismo de los Sumerios y Babilonios, diosa de la copula transe-dionisiaca...

De ahi para adelante, el siete se vuelve poético y recopila "SOLO SIETE" de los poemas más representativos del autor.