Mujeres públicas, mujeres secretas
Molina Molina, Ángel Luis La sociedad medieval aceptó y toleró la prostitución como un fenómeno inevitable, un mal menor, que protegía, en cierta manera, el honor de las mujeres honestas. Cuando teólogos y moralistas consideraron los pecados de la carne como "naturales" y, por tanto, rebajan la gravedad de los mismos, siempre que sean cometidos por personas libres, es decir solteros, las autoridades laicas pasaron a considerar la prostitución como un "servicio público"...