He imaginado tres niveles de la creación poética, tres poetas: El buen poeta, el gran poeta, y un poeta hipotético extraordinario.
Pero con el contraste producido, la imagen del gran
poeta posmoderno, que es el único nivel de la creación
que nos interesa. Por eso, es la imagen de éste, la única
que nos atañe describir, en sus mayores detalles.
Contrapongo pues, a la figura débil del buen poeta
y a la entidad trascendente del poeta hipotético
extraordinario, la imagen fuerte, real y
exaltada del gran poeta posmoderno.
Este poeta, primordialmente, se ocupará de crear
ficciones, será capaz de crear su propio paraíso.
Sabe que no hay ningún paraíso que recobrar, porque
aparte del que lleva dentro de sí, nunca existió otro.
Es consciente de que al morir, el paraíso de su
creación, debido a que él le dio una descripción, será
una existencia real, pero sólo los tontos creerán que
existe en un lugar del mundo, y se dedicarán a buscarlo.
Por lo demás, él se irá tranquilo con su conciencia.